Tus cartas son un vino
A mi gran Josefina adorada
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
El poema habla de cuanto extrañó a su esposa durante el tiempo que permaneció cautivo, por medio de este poema expresa cuanto apreciaba cada carta que recibía de su esposa y le pide que le siga escribiedo porque es lo único que alimenta su alma y que él hará hasta lo imposible para responder sus cartas.
Actualmente sería ridículo e injusto que condenaran a muerte a una persona solo por lo que escribe, pero por aquellos años y en época de la guerra civil el gobierno de España era autoritario y muy conservador y para ellos la pena de muerte era lo justo.
Creo que aún después de su muerte no han abolido la pena de muerte porque el gobierno de España no quiere aceptar que lo que hicieron con Miguel Hernández no fue correcto, y no están dispuestos a reconocer su error.
Como cualquier familia lo haría, la familia de Hernández busca dignificar su nombre porque lo ven como a un mártir y saben que de haber seguido con su vida hubiese cosechado muchos éxitos como escritor.
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